Cuando pasamos por un tratamiento oncológico, uno de los primeros cambios que se pueden producir es la alteración de nuestro aspecto, lo que puede acabar afectando a la autoestima y al estado de ánimo. ¿Sabes cómo puede ayudarte el maquillaje oncológico en este proceso psicológico? Descúbrelo en este artículo y toma nota de los consejos y técnicas que te ayudarán a potenciar la autoestima y la imagen corporal.

 

¿Qué cambios experimenta nuestro cuerpo con un tratamiento oncológico?

Al iniciar un tratamiento oncológico con radioterapia o quimioterapia, la piel se vuelve más sensible, se reseca y puede agrietarse, provocando rojeces, irritaciones, infecciones y erupciones.

Por otro lado, el cabello se cae y las cejas se vuelven más finas hasta que van desapareciendo.

Las uñas también experimentan cambios con la quimioterapia, ya que se vuelven más quebradizas y sufren alteraciones de color y rugosidad.

 

¿Qué es el maquillaje oncológico?

El maquillaje oncológico tiene el objetivo de ayudar a que la piel sufra los mínimos efectos secundarios que suelen provocar la radioterapia o la quimioterapia.

Un maquillaje natural, juntamente con protector solar, son la mejor precaución y protección que puede usar un paciente oncológico, ya que tienen un efecto positivo, mejorando su autoestima y seguridad.

 

¿Qué tipo de maquillaje puedo usar durante un tratamiento oncológico?

Es importante dejar de lado los productos de maquillaje utilizados antes de ser diagnosticado, ya que pueden contener componentes perjudiciales para la salud del paciente, como químicos, ácidos o alcohol. Estos componentes pueden destruir la dermis de la piel.

En este sentido, es importante utilizar productos que faciliten la respiración de los poros y que permitan expulsar las toxinas del cuerpo. Deben ser productos cosméticos aptos para pieles sensibles y naturales para evitar reacciones en la piel.

 

Usos del maquillaje oncológico

Antes de usar los productos de maquillaje es importante seguir una buena limpieza facial, seguida de una buena hidratación y la aplicación de protección solar.

Una vez realizado este paso, se pueden seguir una serie de consejos para mejorar el aspecto.

  • Correctores: este producto se puede emplear para disimular imperfecciones o lesiones. Se pueden usar diferentes tonalidades para neutralizar la coloración inicial en este sentido: los tonos verdes se aplican en zonas enrojecidas, los tonos amarillos contrarrestan los tonos azulados o violáceos, los rosados permiten corregir los tonos amarillo verdosos, y los malvas unifican las pieles aceitunadas.
  • Base de maquillaje: se usa para unificar el tono, mejorando también la textura de la piel.
  • Polvos faciales: se pueden usar para marcar los pómulos, jugar con las tonalidades y con los volúmenes.
  • Colorete: de la misma forma que los polvos faciales, el colorete realza los pómulos y da un aspecto saludable al rostro. Hay que aplicar una cantidad pequeña para crear uniformidad y armonía. Es más recomendable utilizar coloretes en crema
  • Sombras de ojos: para los ojos es importante huir de la purpurina o los colores brillantes, ya que resaltan las arrugas. La mejor opción es usar un poco de sombra.
  • Máscara de pestañas: no está recomendada en pacientes oncológicos, ya que puede dañar las pestañas. A modo de sustitución, se puede aplicar eyeliner para hacer que las pestañas parezcan más espesas.
  • Maquillaje de cejas: con el tratamiento oncológico, las cejas pueden experimentar cambios, debilitándolas y haciéndolas desaparecer en algunos casos. Los lápices de cejas permiten destacar y dar forma a las cejas. Se debe elegir un color natural.
  • Labiales: se puede usar un poco de pintalabios, ya que aporta un color diferente al rostro. Además, hay una amplia gama de colores entre los cuáles elegir.
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